El atentado terrorista perpetrado, pero no reivindicado, por el Imperio yanqui, en colaboración con los servicios secretos colombianos, contra la cadena Radio Caracol, en la mañana del pasado 12 de agosto, en los inicios del gobierno de Juan Manuel Santos, cuando se comienzan a normalizar las relaciones con Venezuela, cuando la Corte Constitucional estudia la inconstitucionalidad de las bases militares norteamericanas, cuando se producen los anuncios de la oposición de debatir la existencia de fosas comunes de dimensiones catastróficas y sobre todo, cuando sectores de la opinión sugieren la posibilidad de acercamientos para el dialogo y nuevos esfuerzos para una salida al conflicto, tiene la misión de seguir sometiendo a Colombia a un Estado policial, al servicio de los intereses del Imperio en la zona.
Veremos a quién decide atribuir la prensa este nuevo autoatentado, se admiten apuestas. Las agencias de información capitalistas como EFE o Reuters, sin ningún tipo de pruebas, haciendo gala, una vez más, de su total falta de rigor periodístico, ya señalan a las FARC, con el objetivo de desviar la atención de los verdaderos autores (Imperio yanqui y servicios secretos colombianos) y seguir justificando el Estado policial colombiano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario