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domingo, 13 de junio de 2010

Causas y efectos: El para qué de la nueva masacre Israelí

Nuevamente Manuel Freytas nos ilustra con un magistral análisis de los motivos y razones geopolíticas por las que Israel decidió atacar la flotilla de ayuda humanitaria "Free Gaza" y asesinar a varios cooperantes internacionales, algo totalmente estudiado y premeditado.

Causas y efectos: El para qué de la nueva masacre Israelí.

La prensa internacional del sistema coincide en un apreciación: La operación militar de Israel contra la flota solidaria complicó la política regional de la Casa Blanca en tres frentes: Las negociaciones de paz con los palestinos, la relación con los aliados árabes, y la alianza estratégica con Turquía.

Este nuevo escenario, tensa y complica más la difícil relación del gobierno de Obama con los halcones de Tel Aviv, y levanta todo tipo de especulaciones sobre el "objetivo oculto" del nuevo exterminio militar israelí que conmocionó al mundo.

Para los expertos, en el momento de decidir el ataque a la flota solidaria turca los halcones del gobierno y del estado mayor israelí no podían ignorar ni dejar de estimar las repercusiones y el rechazo internacional que generaría.

La brutalidad de la operación militar judía, por burda y descarnada, no le cierra como un acto "improvisado" o un "error" a ningún analista estratégico. La mayoría de los expertos militares (aunque no lo dice en público) estima que fue una acción estudiada y planificada orientada con objetivos políticos.

El ataque, como primer emergente, obligó a EEUU a defender y proteger la impunidad del Estado judío en la ONU poniéndose nuevamente como sus "protector" internacional.

Como resumen, la nueva operación de exterminio militar israelí complica, en primer lugar al frente aliado árabe regional (sobre todo Egipto, Jordania y Arabia Saudita), que debe pronunciarse y adoptar posturas duras contra Israel mientras critica a la Casa Blanca por proteger al Estado judío.

A su vez el ataque perjudica y pone en riesgo el relanzamiento del diálogo de paz o "de aproximación" -como se ha venido llamando- entre palestinos e israelíes.

En un tercer frente, el ataque israelí desacomodó la alianza estratégica de EEUU con Turquía (un aliado clave de Washington en la región) que en los últimos meses dio un giro decisivo aliándose con Irán en materia de política y programa nuclear.

Y como resumen, estos tres frentes emergentes complican la política de "acercamiento" con el mundo musulmán lanzada por Obama el año pasado, y debilita la estrategia de debilitamiento y aislamiento "democrático" de Irán mediante alianzas con aliados árabes en la región.

En síntesis, la operación israelí paralizó la negociación con los palestinos, creo una fisura en la política "dialoguista" de Obama en Medio Oriente, complicó la alianza estratégica de Washington con Turquía, y obligó a la Casa Blanca a salir en defensa de la posiciones militaristas y bélicas del Estado de Israel en la ONU.

Esta realidad estratégica emergente del ataque contra la flotilla solidaria, es la prueba irrefutable de que la operación fue montada cuidadosamente para producir ese efecto por los halcones del gobierno y de la plana mayor israelí.

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