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martes, 17 de noviembre de 2009

Camino a Copenhague I: El Club de Roma

Por Jurrian Maessen
"(...) Tal vez estos organismos, junto con el PNUMA y las agencias de población de las Naciones Unidas, a la larga podrían desarrollarse hacia un Régimen Planetario -una especie de superagencia internacional para población, recursos y medio ambiente. Ese exhaustivo Régimen Planetario podría controlar el desarrollo, administración, conservación y distribución de todos los recursos naturales, renovables o no renovables, al menos en la medida que existan implicaciones internacionales. Así, el régimen podría tener el poder de controlar la contaminación no sólo en la atmósfera y los océanos, sino también en los cuerpos de agua dulce como lagos y ríos que cruzan las fronteras internacionales o que se descargan en los océanos. El régimen también podría obrar de agencia central para la regulación de todas las lógicas del comercio internacional, incluida quizá la asistencia a Países Desarrollados y Menos Desarrollados, así como de todos los alimentos en el mercado internacional. El Régimen Planetario ha de otorgarse la responsabilidad de determinar la población óptima para el mundo y / o cada región y realizar arbitraje de acciones entre varios países dentro de sus límites regionales. El control de tamaño de la población puede seguir siendo responsabilidad de cada gobierno, pero el régimen debe tener cierto poder para hacer cumplir los límites acordados." John P. Holdren, Paul y Anne Ehrlich, Ecoscience, 1977


La Conferencia de Copenhague sobre Cambio Climático a principios del mes próximo, tiene por objeto, según sus creadores, "llegar a un nuevo acuerdo mundial que sustituya al Protocolo de Kyoto de 1997 para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero". El cabecilla de la ONU, Ban Ki-Moon señaló en un discurso preparando el camino a Copenhague, que "tarde o temprano existirá un mayor precio sobre el carbono - que será impuesto por política o por las fuerzas del mercado." Todo esto solo se escurre de las lenguas de estos transnacionalistas como si fueran silbando una melodía mientras cuidan de su jardín. Si no existiese tal cosa como un hecho histórico, podría sonar noble, urgente y necesario. Lamentablemente, sabemos exactamente lo que motiva a los impulsores de este esfuerzo mundial: el lucro, el control absoluto y -casi se me olvida- el despoblamiento de los habitantes de este mundo. Este jardín es el que está cultivando la élite no es un lugar de alegría. Apesta a malezas podridas y hojas muertas.
En este primero de varios artículos, trataré de identificar el modelo de la eugenesia de nuestros días y sus lazos íntimos con el movimiento ambientalista. De hecho, cuanto más se investiga esta relación, forjada con la sangre de millones en el último siglo, uno más se da cuenta de que la estafa del calentamiento global antropogénico no esta solamente ligada a la eugenesia. Se trata de eugenesia.
En 1968, de las callejuelas del repintado movimiento eugenecista surgió un grupo de reflexión llamado Club de Roma. Criado desde su concepción como un faro de luz por el que todos los navíos ecologistas debían pasar, sus creadores sabían que el movimiento verde que se habían propuesto crear, fue diseñado para culpar al hombre del supuesto predicamento en que se encontraba la Tierra. Como consecuencia, el número de personas debía reducirse para evitar que la Tierra se desmoronara bajo su peso aplastante. La única cosa que se podía hacer, argumentó el Club, era constituir un órgano global con un conjunto de facultades para hacer cumplir los objetivos de despoblación determinados por la elite global.
¿De que gente consiste esta élite global? Bueno solo busca en Google “miembros del Club de Roma”, y compara los nombres de las listas de miembros con los de la lista de asistentes a las conferencias anuales de Bilderberg y descubrirás al mismo elenco de personajes, estableciendo las reglas en el Nuevo Orden Mundial. Encontrarás a Al Gore, David Rockefeller, la Reina Beatriz de Holanda y a todos los otros enemigos de la humanidad libre y sus compinches. [NdT: Como nuestro ex-presidente, Ricardo Lagos, en la Foto]
En 1972, el mismo se describió "grupo de ciudadanos mundiales, que comparten una preocupación común por el futuro de la humanidad", publicado su (in)fame "Los Límites del Crecimiento". En este trabajo los autores sostienen a quemarropa que la población debe disminuir si la Madre Tierra desea sobrevivir mucho más tiempo: "El crecimiento abrumador de la población mundial", los autores afirman, "causado por la taza de natalidad positiva es un fenómeno reciente, resultado de la exitosa reducción de la mortalidad humana en todo el mundo. "Este desarrollo es muy preocupante", dice el Club de Roma. Como posibles soluciones a este "problema" se propone o bien una reducción de la tasa de natalidad "para igualarla a la nueva y menor tasa de mortalidad”, o bien que "la tasa de mortalidad deba aumentar nuevamente." El siguiente ejemplo muestra que estas declaraciones de la elite mundial no son en modo alguno, reflexiones inocentes sin consecuencias.
Contrariamente a la creencia popular, el arquitecto original de las políticas de China no fue ni Mao Zedong en un capricho embriagante del poder, ni un sádico partidario aficionado a la eugenesia de algún subnivel de cámaras de tortura. Según la antropóloga Susan Greenhalgh, en su estudio "Just One Child: Ciencia y Política en la China de Deng” la inspiración para la tiránica movida del Partido Comunista de China se inspiró en primer lugar y principalmente en el Club de Roma.
En los años setenta, un grupo de científicos chinos asistieron a varias conferencias científicas en Europa, y rápidamente acogieron las ideas distribuidas por el Club de Roma. A la cabeza de esta delegación china estaba un hombre conocido por introducir la política de un solo hijo en China, fuente de muchos de los infortunios sufridos por el pueblo chino en las últimas décadas.
Greenhalgh, señala que la infame política "tenía raíces en la exposiciones de científicos balísticos y en las ideas del Club Roma respecto a población a través de conferencias internacionales en la década de 1970."
Los 'científicos balísticos’ que menciona Greenhalgh, son el Dr. Song Jian y compañía, visitando varias conferencias en Europa en la década de 1970 destinadas a promover la gloria y el prestigio de la República Popular de China en el mundo. Se recogieron y desarrollaron varios de los métodos para calcular las tasas de población de los modelos utilizados por el Club de Roma para calcular sus estafas en creación.
El hecho de que el Club de Roma se encuentre en el seno de las políticas de solo un hijo puede llegar como una sorpresa para aquellos que han leído todos los papers de política emitidos desde los años setenta en adelante. La idea malthusiana que empujó a nuestro actual movimiento ecologista y su obsesión con la mitología del calentamiento global antropogénico se inspiró en las duras políticas de esterilización involuntaria de las décadas anteriores a la Segunda Guerra Mundial.
Con objeto de forzar un crecimiento en la tasa de mortalidad uno necesita crear "una causa común, es decir, un enemigo común, para organizarse y actuar juntos como una aspiradora; dicha motivación debe ser encontrada para que las naciones divididas en conjunto hagan frente a un enemigo externo, ya sea real o inventado para ese propósito."
En la publicación de 1991 "La Primera Revolución Global: Un Informe al Club de Roma", de Alexander King y Bertrand Schneider, el denominador común al que el mundo tendría volcarse se identificó con toda claridad:
"En la búsqueda de un nuevo enemigo para unirlos, se nos ocurrió la idea de que la contaminación, la amenaza del calentamiento global, la escasez de agua, el hambre y la escasez encajarían en el plan. Todos estos peligros son causados por la intervención humana, y es sólo a través de un cambio de actitud y de comportamiento que se pueden superar. El enemigo real, es entonces, la propia humanidad."
Este enemigo artificial y útil llegó en la forma del calentamiento global antropogénico. Y pensar que todos nosotros chismosos crédulos fuimos engañados para creer que cualquier cambio climático es causado por esa gran lámpara en el cielo, que no sólo determina las temperaturas de la Tierra entera, sino también las temperaturas de todos los planetas del sistema solar.
Simplemente vamos a demostrar que la estafa se comete en una escala sin precedentes, de la que pocos se atreven a cuestionar su validez. Toda el asunto, por supuesto, se reduce al viejo proverbio: Cuanto más grande la mentira, más fácil es venderla. Las Naciones Unidas, representante frontal del globalismo, fueron designadas para llevar el mensaje hacia todas las regiones del mundo y todos los estados-nación que caen bajo su jurisdicción. La división de la ONU considerada como la más capacitada para hacer el trabajo es la UNESCO, el brazo científico que decide qué programas educativos se van a distribuir entre las universidades y escuelas primarias del mundo. El 15 de junio de este año, Martin Lees, secretario general del Club de Roma, pronunció un discurso ante los ingenieros sociales de la UNESCO en el que admite que:
"Nosotros en el Club de Roma hemos tenido una larga relación con la UNESCO. Esperamos con interés el desarrollo futuro de nuestra colaboración para que podamos avanzar en la comprensión y la cooperación para promover la acción sobre cuestiones globales críticas que determinarán el futuro de todos nosotros en este difícil momento de la historia."
Para entender lo que esta colaboración entre el Club de Roma y de la UNESCO implica específicamente, el Sr. Lees nos ofrece la agenda para antes y después de la conferencia de Copenhague del próximo mes. Para que sepas qué esperar de los ingenieros sociales el año que viene:
"En octubre de 2009, nos enfocaremos a nuestra Asamblea General Anual celebrada en Amsterdam sobre "Medio Ambiente, Energía y la recuperación económica" centradas en las cuestiones clave para la Conferencia de Copenhague sobre Clima. En febrero de 2010 vamos a hacer frente a Grupo Tres, sobre el Desarrollo Internacional. En abril de 2010 nos centraremos en el Grupo Cuatro, Transformación Social y en julio de 2010, Paz y Seguridad. El programa concluirá con un gran evento en noviembre de 2010."
La agenda refleja que la conferencia de Copenhague no es un hecho aislado. Es sólo una pieza del conjunto de la arquitectura global que está construyendo la élite y que consiste en los medios para consolidar su poder en el Siglo XXI. Sin embargo, como señala el Secretario General del Club de Roma:
"Las cuestiones de gobernanza internacional y de la arquitectura institucional serán decisivas, en particular, en la aplicación efectiva de un Tratado Post-Kioto. Para abordar los factores subyacentes del cambio climático, los mecanismos institucionales deben ser introducidas o adaptados para implementar y coordinar las nuevas políticas en áreas clave de tensión, tales como: finanzas, ciencia y tecnología, desarrollo de recursos humanos, la información y comunicaciones y la creación de competencias. Y la cuestión de la "justicia climática" será fundamental para lograr un acuerdo y la aceptación de un tratado."
Independientemente de los intereses creados de estos actores mundiales en una arquitectura de este tipo, todos bailan al ritmo de la eugenesia, sean conscientes de ello o no. Pueden seguir con su carrera o con cualquier placer sádico en la usurpación de la inocencia, pero cualquiera sea su motivación, han declarado abiertamente que se encuentran en la parte opuesta de la humanidad.

Original: Infowars

Menudas juntas las de nuestro amigo "Capitán Planeta"...

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