La ciudad efectuará un gran simulacro de atentado con armas nucleares en junio
Un grupo terrorista consigue introducir una bomba nuclear de diez kilotones en Los Ángeles a través del puerto de Long Beach. En una furgoneta, la trasladan al centro de la ciudad más poblada de Estados Unidos y, pocos minutos después, cerca del mediodía, hace explosión arrasando todo lo que encuentra a su alrededor en 3,2 kilómetros. Cuando llegan los servicios de emergencias, el escenario es desolador. Cerca de 60.000 personas han muerto y 150.000 más se enfrentan a un destino incierto por la radiación. Las partículas alfa, beta y gamma se extienden 5,5 kilómetros más, y dejan las 88 ciudades del condado, con una población cercana a 18 millones de habitantes, a merced del viento. No se trata del argumento del guión de una superproducción de Hollywood, sino de la hipótesis real en la que se basa Golden Phoenix, el mayor simulacro de atentado nuclear celebrado nunca en Estados Unidos, y que se pretende llevar a cabo el próximo mes de junio en Los Ángeles.
Mike Contreras, director de operaciones de emergencia del Departamento de Salud Pública, es el encargado de asegurar que la policía, los bomberos y el resto de equipos de emergencias sean capaces de responder con eficacia en el caso de recibir un ataque con bombas sucias. En su pequeñodespacho, a sólo unos metros de la hipotética zona cero, ultima los detalles de Golden Phoenix.
"Trabajamos para salvar vidas", asegura Contreras a Público. "En un evento como este, lo único que podemos hacer es minimizar el impacto", explica resignado, y luego recuerda cómo, en la Guerra Fría, "aún había unos 30 minutos para ponerse a salvo". Ahora ese margen ha desaparecido. Contreras reconoce que la posibilidad de un ataque nuclear "es mínima, pero real".
Un estudio elaborado por el Centro Belfer para la Ciencia y las Relaciones Internacionales de la Universidad de Harvard asegura que el riesgo es inminente. Según el informe, hay un 50% de posibilidades de que algún grupo terrorista atente en el país con armas de destrucción masiva antes de 2013. Además, recuerda que Al Qaeda ha amenazado con asesinar a cuatro millones de estadounidenses y que lleva más de una década tratando de hacerse con un arma atómica.
Un objetivo vulnerable
Por ello, Los Ángeles ha pasado a nivel de riesgo Uno para el Departamento de Seguridad Nacional, lo que implica que, a priori, es uno de los objetivos más apetecibles para los terroristas. También uno de los más vulnerables. Un informe del centro de análisis para la gestión de riesgos terroristas de Rand Corporation advierte de que el puerto de Long Beach es una invitación a los terroristas por la dificultad para escanear los 20.000 contenedores que llegan a diario a Los Ángeles. Para fabricar una bomba nuclear sólo se necesitan 15 kilos de uranio 235 o entre cuatro y seis kilos de plutonio; ambos ocupan poco más que una naranja.
Los Ángeles es "la capital mundial del desastre, por eso debemos estar preparados" asegura Ken Kondo, coordinador de emergencias del condado. "Desde Pearl Harbor, esta ciudad es una de las prioridades para el Ejército estadounidense porque tiene una localización militar estratégica. Además, está Hollywood y gran parte de la industria del automóvil", recuerda Kondo. De producirse el ataque, además de la perdida en vidas, las consecuencias económicas serían impredecibles. Rand Corporation estima que las pérdidas serían diez veces superiores a las de los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Fuente: Publico.es
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