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domingo, 27 de septiembre de 2009

La Conspiracion de Pearl Harbor

Permitio USA la aniquilacion de su flota a proposito???



Pearl Harbor: ¿Lo sabía Roosevelt de antemano? ¿Hubo una maniobra para encubrir la verdad? Desde 1942 se ha especulado mucho sobre si el ataque a Pearl Harbour fue una sorpresa o, por el contrario, los americanos tendieron una trampa a los japoneses para que estos entraran en una guerra que no podían ganar. Así la opinión pública de los EEUU, antibelicista, se decantaría contra el "Eje". Hoy ya no queda dudas de que esta tesis es auténtica. Este artículo de The lone conspirators lo demuestra.

El 6 de diciembre de 1941 se le entrega a Franklin Delano Roosevelt un mensaje interceptado por la Marina de los EE.UU. Enviado desde Tokio a una de las embajadas japonesas en Washington, estaba cifrado en el código diplomático de alto nivel japonés (el código púrpura) y declaraba la intención de Japón de poner fin a las relaciones con los EE.UU. Una vez leída la transmisión de trece páginas, Roosevelt afirmó: "Esto significa guerra".


Franklin Delano Roosevelt

Pero entonces hizo algo un tanto extraño: absolutamente nada. Sí, eso es. Conocía la secreta declaración de guerra de los japoneses pero nunca se lo comunicó a quienes necesitaban saberlo: el almirante Husband E. Kimmel, comandante en jefe de la Flota de los EE.UU. en el Pacífico, en Pearl Harbor (Hawai) y el teniente general Walter Short. Todos los militares sabían que, en caso de que los japoneses atacaran, el objetivo sería Pearl Harbor.

Al amanecer de la mañana siguiente, un escuadrón japonés bombardeó Pearl Harbor en un ataque sorpresa que resultó ser eso, una gran sorpresa. Por lo menos para Kimmel, Short y los otros 4575 soldados americanos que allí murieron.



La sorpresa no lo fue tanto probablemente para los generales George G. Marshall y Leonar T. Gerou y los almirantes Harold R. Stark y Richmond Kelly Turner, altos rangos militares en Washington, y los únicos autorizados para revelar ese tipo de información confidencial a mandos desplazados. Kimmel y Short, sin embargo, no recibieron el mensaje descifrado de la declaración de guerra hasta por la mañana, cuando el ataque ya había comenzado en el Pacífico.

Los comandantes en jefe del Ejército y la Marina de los EE.UU., Marshall y Stark respectivamente, declararían después que el mensaje no se les había enviado a Kimmel y a Short porque la cantidad de transmisiones diplomáticas interceptadas por los mandos en Hawai era tan grande que una más no serviría sino para confundirles.

A continuación se organizó una gran maniobra de encubrimiento. Según nos cuenta el historiador John Toland, unos días después de Pearl Harbor, Marshall se dirigió a sus altos oficiales: "Caballeros, esto va a la tumba con nosotros". El general Short, que una vez había considerado a Marshall como su amigo, se daría cuenta entonces de que éste había sido el cerebro de la trampa en la que había caído. Short comentaría después que se compadecía de su antiguo colega Marshall, ya que era el único general que jamás podría escribir una autobiografía.

Los mandos en Pearl Harbor ocultaron numerosas advertencias sobre un inminente ataque. La más sorprendente fue, con toda probabilidad, la señal de "viento ejecutor". Se trataba de una transmisión diplomática enviada a través de un falso boletín meteorológico de una estación de radio de onda corta japonesa. Decía "higashi no kaze ame", o lo que es lo mismo "viento del Este, lluvia". Los americanos ya sabían que éste era el código utilizado por los japoneses para referirse a la guerra con EE.UU. ¿Cuál fue la respuesta de los altos oficiales del Ejército? Negar la existencia del mensaje de "viento ejecutor" y eliminar toda constancia de su recepción. Pero el mensaje sí que existía y fue recuperado.


Harold Stark

¿Por qué permitirían Roosevelt y los más altos comandantes del Ejército el sacrificio de la Flota de los EE.UU. en el Pacífico y de los miles de soldados que allí se encontraban -lo que se podía considerar perfectamente como una acto de traición? La decisión había sido tomada mucho antes de Pearl Harbor: la guerra contra las potencias del Eje era necesaria, y un ataque contra territorio americano convencería a la opinión pública.

"Éste era el problema del Presidente" escribió el contraalmirante Robert A. Theobald, quien se encontraba al mando de los destructores en Pearl Harbor, "y su solución se basó en el simple hecho de que para protagonizar una pelea, hacen falta dos, pero uno de esos dos tiene que empezarla".


George Marshall

Pero ¿por qué? ¿Por qué tuvo Roosevelt la sangre fría de permitir el bombardeo de Pearl Harbor? "Por el bien de la nación..." o más bien "No me importa cuántos de nuestros hombres caigan mientras mueran japoneses". Es realmente triste que eligiéran como presidente a un hombre hasta tal punto perturbado y siniestro.

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